En algunas ocasiones necesitamos mucho tiempo para entrar en confianza con las personas de tu entorno y compartir experiencias inolvidables, pero... en este caso se necesita menos de una semana para sentirnos de la misma familia. ¿Y cómo esto puede ser posible?
Poco a poco se fue creando un vínculo tan fuerte hasta el punto que, pasados unos días,te consideraban parte de su familia. En mi caso, desde el minuto número uno, Virginia me invitó a que pasara el domingo con ella y su familia.
Antes de que llegara el momento, me pasé toda la tarde pensando en cómo se comportarían conmigo y cómo podía actuar yo ante la situación.
Cuando llegó el domingo sus padres me acogieron con los brazos abiertos en su acogedora casa. Me enseñaron cada rincón de su hogar, y además me presentaron a muchos de los miembros de la familia y la relación que mantienen entre ellos sin ningún tipo de filtro.
Después de enseñarme la casa cogimos el coche y me llevaron a un bar de tapas, donde su madre me hizo sentir como en casa diciéndome que podía pedirme lo que quisiera y que no me cortara; estando en todo momento pendiente de que no me faltase nada. Estuvimos un buen rato charlando y contando nuestras experiencias hasta que decidimos darle un sabor más dulce a nuestra velada e irnos a comernos un rico helado. En ese momento fue cuando la familia se abrió completamente y me contaron el caso de Virginia, lo cual me enterneció y me hizo tomar más conciencia de la situación en la que se hayan ella y su familia. Sin embargo, vi que ante esa situación tan adversa supieron salir hacia adelante.
En conclusión, en este día obtuve una experiencia que siempre recordaré y que me marcó mi vida ya que aprendí a superar obstáculos que antes consideraba imposible y a superar nuevos retos. También, me di cuenta lo maravillosas que pueden ser aquellas familias que lo dan todo por sus hijos y que acogen a alguien, por así decirlo desconocido, como representación de la gratitud que sienten por la persona que ayuda a su hijo día tras día, a ser un poco más feliz y a integrarse en un ámbito social que muchas veces en sus situaciones es complicado.
Publicación escrita por Kenia Ferrer Pomar, Elisabeth Trescastro Muñoz y Libe Murua Etxarri.
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