Ya iban llegando los últimos
momentos, ya recordábamos todo lo que intensamente habíamos vivido. Tras la
jornada de convivencia en el camping en viernes 31 de julio junto a usuarios y
monitores, estaba prevista una merienda de despedida muy emotiva, en el que nos dieron los diplomas y certificados de
participación. Después de ello, todos y cada uno de los que formamos esta
experiencia, dijimos todo lo que pensábamos de lo que habíamos vivido.
Lágrimas de felicidad recorrían
nuestras mejillas, pero también de tristeza por el simple hecho de separarnos
de un vínculo creado con ellos. Esos 15 días fueron de cariño, de emoción, de
gratitud ante lo que estábamos haciendo, el poder disfrutar con ellos, y ellos
con nosotros.
Al día siguiente, cada uno de
nosotros empezábamos a hacer de nuevo la maleta, a prepararnos de nuevo para la
vuelta con muchísima felicidad y con todo lo bueno que una persona se puede
llevar en el corazón.
Gracias a todos los que han hecho
posible toda esta felicidad
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