¡De cabeza a la integración!

 

¡Al agua patos!

 



 

 

Varias horas de viaje, diferentes medios de transporte, cuarenta grados de media, cinco kilos de maleta y muchas ganas de pasárnoslo bien. Así fue como llegamos a la residencia que nos dará acogida durante los próximos trece días, en la que las dinámicas, la formación, las risas y las bromas están a la orden del día. Un lugar donde personas de diferentes provincias y comunidades se unen con un objetivo común: garantizar la diversión de los participantes en el campo.

 

Una larga tarde en la que todos esperábamos ilusionados a la hora de las presentaciones. Las expectativas eran variadas, pero ninguna se acercaba a lo que fue en realidad:

 

 

¡¡¡Pancartas, ilusión y un montón de juegos de bienvenida!!!

 

 

Pero ahí no quedó todo, el día siguiente fue aún mejor. Tras una presentación de bienvenida (un tanto informal) por parte del ayuntamiento y de los participantes, pasamos un largo y agradable día en la piscina municipal. Gracias a eso tuvimos la posibilidad de conocer más y mejor a los participantes, con los que hicimos carreras a crol, ahogadillas, juegos con globos de agua, una merienda y muchas conversaciones donde nos conocimos todos un poquito más.

 

 

El día acabó con una clase de natación adaptada donde realizamos desplazamientos por la piscina con el churro, dinámicas y un montón de carcajadas. Y eso que solo fue el primer día. Todos esperábamos impacientes la llegada del siguiente día para reencontrarnos con nuestros nuevos amigos.

 

 

José Joaquín Rincón y Julia Romero